LA PUTA DEL BARRIO
Fracasaron en mi
barrio las que desechamos, era la rubia, la estudiosa, la inteligente y la
linda. La rubia fue luego calva, la linda fue luego muerta, la estudiosa fue
luego salpicada y la inteligente no le alcanzo para casarse. Pero a nosotras
las putas, el fracaso le dio vergüenza de tocarnos la puerta. Vivimos siempre
derrotadas, pero valió la pena cada derrota por nuestra libertad. Nos cagábamos
encima para apartar los buenos tipos perfumados que se acercaban, vivimos con
la mierda entre las piernas y protegimos siempre al coño. Uno que otro buitre
alcanzo a comernos, no antes que le exprimiéramos cada hueso y si algo me salía
mal, aquella terminaba el trabajo. No existía lealtad por los hombres en la
putería, la lealtad era seguir siendo puta. Hoy mi compañera es una lesbiana
libre y yo soy una puta libre en la misma Metrópolis. Cada aborto significo el
rechazo de una vida impuesta por ti, cada cáncer significo una escupida de
dolores en el ano. Llámame de nuevo puta porque ese será mi apellido: Wendy la
más puta, la puta más grande. Mírame y date cuenta padre, yo soy la puta del
barrio. Estate orgulloso de ello.
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